La organización Médicos Sin Fronteras habilitan en Tijuana, Baja California, un servicio para pacientes contagiados de coronavirus. Tijuana es uno de los puntos clave en la propagación de la enfermedad, hay mucho movimiento de personas.
José y Michell, médico y enfermera de Médicos Sin Fronteras, dejaron su labor en las clínicas móviles en Guerrero para atender a pacientes con COVID-19, ante el colapso del Hospital General de Tijuana.
En Guerrero nos la vivíamos en la sierra, entonces no sabíamos mucho de lo que estaba pasando en las ciudades”, explicó José Mijango, médico extensión COVID Tijuana de Médicos Sin Fronteras.
El equipo en México de la organización identificó a Tijuana como una de las entidades más afectadas por el COVID-19. Brindó personal y medicamento a la Secretaría de Salud local, que junto con la asociación Apoyemos a Tijuana crearon la infraestructura en el Estadio de los Zonkeys de Basquetbol, al sur de la ciudad.
El personal se capacitó en la Ciudad de México. El 6 de mayo comenzó su operación, con 10 médicos, 16 enfermeras y 5 psicólogas de distintas partes del continente. Trabajan con pacientes no críticos que les mandan del Hospital General.
Hemos visto a pacientes mejorar y a pacientes que nomás, nomás no mejoran por mayor esfuerzo de los médicos. A pesar de eso la gente sigue sin creer”, reiteró Jesús Pérez, paramédico de extensión COVID.
El personal mantiene estables a los pacientes con oxígeno y medicamento. El propósito es liberar espacio en el Hospital General de la Ciudad.La gente se sigue enfermando, la gente se sigue muriendo por otras cosas, pero esos hospitales ya no están funcionando”, explicó Mijango.
Las psicólogas de Médicos Sin Fronteras envían una carta a los enfermos. Se presentan y comienza una charla por teléfono.
Incluso llorar, quebrarse en el teléfono y explicar que han estado súper triste. Ha servido mucho. Y el temor radica en no volver a ver a su familia, saber si van a ser capaces de trabajar otra vez”, insistió Lucía Samayoa, coordinadora psicosocial Médicos Sin Fronteras.
Este martes, los primeros cuatro pacientes fueron dados de alta, algunos después de tres semanas de hospitalización, como Regino, de 47 años.
Para mí es empezar otra vida porque esto para mí significa mucho. Estar adentro del Hospital General no es fácil. Tengan mucho cuidado porque hay unos que salimos así, con el pie caminando, y otros que se van al panteón”, concluyó Regino Rodríguez.